Debemos tener la fe que tuvieron los Apóstoles y creer como ellos creyeron, porque su fe y sus creencias venían del Espíritu Santo. Los Apóstoles creyeron en Jesucristo, Su Padre y el Espíritu Santo como su Dios.
El Apóstol Pablo confesó que murió con Cristo y volvió a la vida con él. Se convirtió en un instrumento de Dios al creer que fue bautizado en Jesucristo (Gálatas 3:27). En el Evangelio de Dios se encuentra el bautismo de Jesucristo, la sangre que derramó en la cruz y el don del Espíritu Santo que nos ha dado a todos los que creemos en este verdadero Evangelio del agua y el Espíritu.
¿Conocen y creen en este Evangelio original? Es el Evangelio en el que creían los Apóstoles. Nosotros también debemos creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.