Si nosotros hemos perdido una aguja fuera, probablemente la buscaríamos en el lugar donde la perdimos. Pero, suena absolutamente absurdo el tratar de buscarla dentro de la casa solamente porque dentro de la casa hay más luz que afuera. Me encuentro con algunos personajes absurdos como ellos dentro de las iglesias de hoy en día. Aunque ellos estén en el medio de controversias bíblicas sobre nuestro bautismo del agua y la razón por la que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista, ellos nunca se hacen preguntas a ellos mismos. Debido a dicha actitud, han producido muchas denominaciones y sectas en la comunidad Cristiana de hoy.
Para poner punto final a estas controversias incesantes, tenemos que salirnos de este caos y regresar al sitio donde perdimos la aguja. Si queremos sinceramente buscar la verdad, tenemos que escapar del estereotipo porque no podemos buscarla en la religión. ¿Por qué los apóstoles pusieron tanto énfasis en el bautismo de Jesucristo? Ese es el secreto de la verdad del Evangelio del agua y del Espíritu que ellos recibieron desde Jesús y predicaron a todo el mundo.
Jesús dijo: “el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3, 5). La Biblia nos dice que Jesús vino por el agua y la sangre para salvarnos de todos nuestros pecados (1 Juan 5, 6). El sentido de la sangre es la Cruz. Entonces, ¿qué significa el agua? ¿Por qué Jesús fue bautizado por Juan el Bautista? ¿Por qué Él dijo: “Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3, ¿15) en Su bautismo?
Yo quiero que usted entienda bien el evangelio de agua y del Espíritu y el bautismo de Jesús. Aquí hay una explicación breve sobre el evangelio de agua y del Espíritu que Él dio a Sus discípulos. Los apóstoles pusieron gran énfasis en el bautismo de Jesús cuando ellos predicaron el evangelio. El apóstol Pablo dijo, “Porque en primer lugar os transmití lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15, 3-4).
¿Qué significa ‘las Escrituras’ aquí en ‘Cristo murió por nuestros pecados, ¿conforme a las Escrituras?’ Eso significa el Antiguo Testamento. Él murió para nosotros de acuerdo con la revelación y pacto del Antiguo Testamento. Hebreos 10, 1 dice: “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros…”. Vamos a ver una parte de las leyes tradicionales de ofrecer el sacrificio en Levítico 1, 3-5. El pecador debe satisfacer las tres condiciones del holocausto para la expiación de sus pecados.
(1) Debe preparar la ofrenda sin defecto (Levítico 1, 3).
(2) Debe poner sus manos sobre la cabeza del holocausto (Levítico 1, 4).
Aquí, tenemos que aclarar la Ley de Dios: poner la mano sobre la cabeza del holocausto fue pasar sus pecados a él.
(3) Debe matar al holocausto para la expiación de sus pecados. (Levítico 1, 5).
En el Día de Expiación, Aarón puso ambas manos sobre la cabeza del holocausto vivo, y confesó todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todas sus transgresiones, relacionadas con sus pecados, pasándolas sobre la cabeza del holocausto (Levítico 16, 21). En aquel tiempo, Aarón fue el representante de Israel. Sólo él puso sus manos sobre la cabeza del holocausto, pero pasaron todos los pecados del pueblo de Israel (unos 2 ó 3 millones de habitantes). El servicio del Antiguo Testamento es una sombra de lo bueno que tendría que venir. Jesús se ofreció a Sí mismo por la voluntad de Dios para santificarnos de acuerdo a las Escrituras.
Ante todo, Jesús fue hecho hombre como el Cordero de Dios sin defecto. Él es el único Hijo de Dios y existe en la forma de Dios. Por eso, Él es adecuado como la ofrenda para todos los seres humanos.
Segundo, Jesús fue bautizado por Juan el Bautista en el Jordán. El bautismo fue dado en la forma de “imposición de las manos”, y Juan el Bautista es uno de los descendientes de Aarón. Cuando Juan puso sus manos sobre la cabeza de Jesucristo, todos los pecados del mundo fueron pasados sobre Él de acuerdo con la Ley de Dios. Jesús le dijo a Juan: “Permítelo ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia”, y él le bautizó. Nosotros finalmente hemos pasado todos nuestros pecados sobre Él. Al día siguiente Juan le bautizó y exclamó: “He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1, 29).
Tercero, Jesús murió en la Cruz para la redención de todos nuestros pecados, diciendo: “¡Está consumado!” (Juan 19, 30) y se levantó de nuevo desde la muerte para hacernos justos delante de Dios. Tenga en cuenta que la ofrenda fue ofrecida para pasar los pecados. Un pecador debió poner sus manos sobre la cabeza de la ofrenda antes de matarla. Si faltara una cosa sencilla, “poner las manos sobre la cabeza de la ofrenda”, nunca se puede ser redimido debido a su práctica sin leyes. Si algún cristiano no tuviera una idea de qué significa Su bautismo, él debe tener pecados en su corazón y nunca podrá ser salvado sencillamente por su fe.
La mayoría de los cristianos conoce solamente la mitad de Sus obras de justicia. Juan el Apóstol dejó claro en el Evangelio en su primera carta escribiendo: “Éste es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad” (1 Juan 5, 6). Hay muchos pasajes en la Biblia que apoyan que tan esencial es Su bautismo para completar Su acto de justicia para nuestra salvación. Todos los cristianos deben regresar al Evangelio del agua y el Espíritu.