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خطبات

Tema 20: La Oración del Señor

[Capítulo 20-4] “El Pan Nuestro de Cada Día, Dánoslo Hoy” (Mateo 6:11)

“El Pan Nuestro de Cada Día, Dánoslo Hoy”(Mateo 6:11)
“El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”
 
 
¿Cómo estas? Damos gracias a Dios por darnos Salmos, himnos, y canciones espirituales para alabar a Dios y por seleccionarnos para ser soldados de Cristo. Estamos preparando nuestro propio himnario. Hasta ahora hemos reunido veintiuna canciones espirituales, y las agregamos al apéndice de nuestro himnario, “Alabado sea el Nombre de Jesús.”
Aunque todas nuestras alabanzas entonan el evangelio del agua y el Espíritu, entre mas canto esas alabanzas más me gustan. Damos gracias a Dios por permitirnos el derecho de componer y de cantar estas canciones de alabanza nosotros mismos.
¿Qué hermoso sería si el evangelio del agua y el Espíritu hubiese sido predicado desde el principio del Cristianismo en nuestro país? Nos preguntamos, “¿Qué hubiese pasado que hubiese pasado si el evangelio del agua y el Espíritu hubiese sido predicado desde el primer momento en que el Cristianismo fue introducido en nuestro país?” yo siento que todo el mundo se hubiese convertido en un paraíso terrenal para ahora, si eso fuese verdad. Siento resentimiento acerca del pasado, cuando pienso en eso.
Aún así, doy gracias a Dios por darnos el evangelio del agua y el Espíritu y por permitirnos expandirlo por todo el mundo aún en este momento. Verdaderamente, la iglesia de Dios es muy preciosa. Damos gracias por tener la Iglesia de Dios, la cual esparce el evangelio del agua y el Espíritu. Me doy cuenta cuan invaluable y precioso es el evangelio del agua y el Espíritu, el cual nos tare la remisión del pecado, por lo tanto yo estoy muy agradecido.
Más de 800 personas visitaron nuestro sitio de red hoy. Aún en este momento, cuando los justos nos reunimos en este Campo de Entrenamiento, estamos agradecidos porque han aumentado los visitantes. Ya que Dios se goza por la expansión del evangelio, mucha gente está visitando nuestro sitio de red. Y nosotros damos gracias ya que nos gozamos por nuestros esfuerzos al difundir el evangelio y por la ayuda. A través de estas obras, nosotros los justos podemos trabajar ya que Dios nos ha dado la sabiduría y la fortaleza. Y descubrimos que Dios se goza en obrar por medio de nosotros los justos.
El pasaje de la escritura de hoy, el cual hemos leído juntos, viene de la Oración del Señor en Mateo. Hoy, nos vamos a enfocar sobre el pasaje que dice “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” de la Oración del Señor (Mateo 6:11).
 
 

El Pan Diario Que Necesitamos

 
El Señor nos enseño a orar, “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” Realmente, el alimento diario que necesitamos es la fe en el evangelio de la remisión del pecado, el cual logró nuestro Señor por medio del bautismo que Él recibió y por la sangre de la Cruz. Nuestros corazones obtienen el verdadero pan de vida al creer en la Palabra del evangelio del agua y el Espíritu.
Para nosotros que vivimos en esta tierra, la necesidad de comida diaria es absoluta. Mientras nuestros cuerpos están vivos y hemos sido vestidos en nuestros cuerpos espirituales, tenemos necesidad de pan diario. Aún si hemos comido ayer, necesitamos comer hoy. Simplemente necesitamos comer continuamente. Mientras continúanos alimentando nuestros cuerpos ya que estamos vivos en este mundo, nuestra alma también tiene necesidad de diariamente de pan espiritual.
Mientras vivimos en este mundo, estamos rodeados por nuestras debilidades cotidianas y cometemos pecados día tras día. Así, necesitamos el evangelio del agua y el Espíritu, el cual es nuestro pan diario. En otras palabras, rumiamos en el evangelio del agua y el Espíritu dado por el Señor día a día y obtenemos nuevas fuerzas de él para vivir por fe.
Por lo tanto, el no rumiar en el evangelio del agua y el Espíritu diariamente es como no comer ninguna comida espiritual. Ya que hemos recibido la remisión del pecado, tendemos a volvernos perezosos al rumiar sobre el evangelio del agua y el Espíritu. Mucha de la gente nacida de nuevo tiende a buscar algo nuevo mientras que se olvidan de la Palabra de Verdad. Así, nosotros los justos necesitamos revisar diariamente el evangelio del agua y el Espíritu.
Así que para que podamos comer nuestro pan diario en cualquier momento, Dios preparó el evangelio del agua y el Espíritu en nuestras Iglesias. Así, obtenemos nuevas fuerzas por medio de nuestra Iglesia meditando y rumiando sobre el bautismo que nuestro Señor recibió después de venir a este mundo y de la sangre de la Cruz.
 
 

Rumiando Acerca del Evangelio del Agua y el Espíritu

 
Acabamos de leer el pasaje de la Escritura de hoy de Mateo Capitulo 6, versículo 11. Por medio del pasaje de la escritura de hoy, me gustaría compartir contigo como el evangelio y el hacer las obras de Dios por fe se convierten en nuestro pan diario.
Primero, veamos la Palabra de Mateo 3 versículo 13: “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él.”
Esta Palabra nos dice que nuestro Señor trató de recibir Su bautismo de parte de Juan el Bautista para quitar todos nuestros pecados. Ya que todos nosotros caemos en nuestras debilidades y no podemos evitar cometer pecados cada día, no debemos ni aún por un solo día dejar de meditar sobre el bautismo que nuestro Señor recibió de parte de Juan el Bautista para quitar los pecados, ciertamente estaremos ayunando con el pan de vida y nos moriremos de hambre. Entonces, las obras de vida de Dios para nosotros dejaran de actuar. Así, el evangelio del agua y el Espíritu es vida para los creyentes de Jesús.
¿Porque Jesús intentó recibir el bautismo de parte de Juan el Bautismo después de haber venido al mundo? Sabemos que hizo eso para eliminar todos los pecados de toda la humanidad de una vez y para siempre. Aunque nuestro Señor podía disfrutar toda la gloria del Cielo como el Hijo Unigénito de Dios Padre, Él cedió el trono celestial y vino a este mundo en humilde forma de hombre. Fue la voluntad de Dios para nuestro Señor que viniera en semejanza humana y muriera en la Cruz. Así, Jesús recibió Su bautismo de parte de Juan el Bautista de acuerdo a la voluntad de Su Padre.
Nuestro Señor nos dijo que oráramos, “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” Esto implica que debemos comer nuestro pan diario sin importar nada. Como ejemplo, si nos despertamos en la mañana y oramos pacíficamente y leemos la Palabra de Dios, podemos obtener nuestro pan diario de vida. Aunque podemos obtener fuerzas nuevas durante un corto tiempo al hacer esto, eso por sí mismo no es suficiente para constituir nuestro pan diario de vida. Esto se debe a que a ti y a mí nos falta alimento espiritual día tras día.
Debido a que estamos en la carne, estamos atados a ella. Debido s que estamos dispuestos para estar atados a nuestros pensamientos, nuestras mentes caen en la carne y se desaniman. Por lo tanto, lo que necesitamos en todo tiempo es la fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Lo único que puede ser al pan nuestro de vida para nosotros, quienes somos débiles día tras día, es creer y rumiar en el evangelio del agua y el Espíritu. Los justos no deben olvidar todo el proceso por el cual atravesó Jesús; recibió Su bautismo en el Río Jordán. Murió sobre la Cruz, resucitó y ascendió al Cielo. Debido a que el evangelio del agua y el Espíritu se convierte en nuestro pan diario, no debemos dejar de creer en el evangelio del agua y el Espíritu ni aún un día. Al creer y al rumiar sobre este evangelio, obtenemos el pan que revive la vida en nuestro corazón así como la fuerza y el poder. Sorprendentemente, el rumiar sobre el evangelio del agua y el Espíritu se convierte en la fuerza que nos lleva a vivir en este mundo por fe día tras día.
Algunas personas dicen que una vez que has creído en el evangelio del agua y el Espíritu nunca cometerás otro pecado en tu vida. Dicen que nunca cometieron otro pecado después de haber recibido la remisión del mismo. Sin embargo, ese no es el caso. Otros dicen que no tienen pecado y que el pecado no puede llegar a estar en sus corazones aún si han cometido pecados ya que están muertos para la Ley. Así, esto tampoco es verdad. Esta gente dice cosas son conocer la apropiadamente la verdad.
La Ley de Dios aplica a los justos, mientras que estemos vivos en este mundo. La ley durara por toda la eternidad mientras exista la Verdad del evangelio del agua y el Espíritu. Cometemos pecados diariamente por nuestras propias debilidades. Y llegamos a conocer nuestros pecados por medio de la Ley. Sin embargo, aún podemos ser renovados y obtener nueva fuerza, porque creemos y rumiamos sobre el evangelio del agua y el Espíritu tan frecuentemente como podemos. Debemos conocer la razón por la cual el Señor recibió Su bautismo de parte de Juan el Bautista y créelo, diciendo, “Oh, nuestro Señor fue bautizado en el Río Jordán para quitar todos nuestros pecados.” Obtenemos nuestro pan diario y la fuerza nueva por nuestra fe, siempre que rumiamos sobre el evangelio.
Como sabemos, Juan el Bautista es descendiente de Aron el Sumo Sacerdote. Nuestro Señor dio testimonio de que Juan el Bautista era el representante de toda la humanidad (Mateo 11:11). Nuestro Señor también dijo, “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan” (Mateo 11:12. En el Antiguo Testamento, Dios ha prometido, “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible” (Malaquías 4:5). Y el Señor también dio testimonio de que “él es aquel Elías que había de venir” (Mateo 11:13-14).
¿Acaso Juan el Bautista tenía que venir a este mundo? Sí, él tenía que venir. Debido a que Juan el Bautista tenía la tarea de transferir todos nuestros pecados sobre Jesús, él nació seis meses antes del nacimiento de Jesús. Primeramente él dio el bautismo de arrepentimiento a la gente. “¡Arrepiéntanse, hijos de serpientes! Si no se arrepienten, un hacha les cortará los pies.” Él reprendió a la gente e intento que se volvieran a Jesús. Él exhortó y reprendió a la gente ya que solo Jehová Dios es el Dios verdadero y todos los otros dioses eran falsos. Él trató que se volvieran y los guió a Dios. La gente escuchó las palabras que Juan el Bautista habló y regresaron a Dios. Finalmente, él llegó a bautizar a Jesús para transferir todos los pecados del mundo sobre Jesús.
Jesús fue con Juan el Bautista y dijo “Bautízame.” Así, Jesús recibió Su bautismo y quitó todos los pecados del mundo. Dicho de otro modo, Juan el Bautista bautizó a Jesús para borrar todos los pecados de toda la humanidad.
Cuando pienso en esto, yo siento mucha gratitud. El evangelio del agua y el Espíritu se convierte en nuestro pan diario. Lo que limpia la mugre en nuestros corazones diariamente sin dejar ni una mancha es el bautismo que Jesús recibió de Juan el Bautista y Su sangre en la Cruz. Podemos sacudirnos la avaricia y el pecado, y vivir diariamente como los soldados de Cristo ante Dios con corazones renovados debido al evangelio del agua y el Espíritu. El evangelio del agua y el Espíritu es el único medio por el cual podemos encender la luz de la vida sobre la gente que muere. Así, debemos rumiar en el evangelio del agua y el Espíritu día tras día.
Leamos juntos Mateo capitulo 3 versículo 14: “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” cuando Jesús intentó recibir Su bautismo de Juan el Bautista en el Río Jordán, Juan el Bautista preguntó, “Cuando yo necesito ser bautizado por Ti, ¿Tú vienes a mí? Al principio, Juan el Bautista se negó a bautizar a Jesús. Sin embargo, una vez que escuchó que haciendo eso toda justicia se cumpliría, Juan el Bautista obedientemente bautizó a Jesús.
De hecho, Juan el Bautista fue el Sumo Sacerdote sobre esta tierra. Fue el último Sumo Sacerdote sobre esta tierra. El Antiguo Testamento llegó a su fin por el papel de cumplimiento que tuvo Juan el bautista. Desde que el Mesías prometido nuestro Salvador Jesús vino, Juan el Bautista tuvo que terminar la era del Antiguo Testamento al transferir todos los pecados del mundo sobre Jesucristo. Lo Opuesto al Antiguo Testamento vino y recibió el bautismo, por lo cual la salvación fue concedida a aquellos que creyeron en todas las promesas. Así, comenzó la era de la gracia. Y ya que Jesús vino y recibió el bautismo, los tiempos del Antiguo Testamento terminaron y comenzó el Reino de Cristo.
Aunque no hubo nadie mayor nacido de mujer que Juan el Bautista, el no era mayor que Jesús. ¿Cómo es eso? Eso se debe a que Jesús es Dios pero Juan el Bautista es una de Sus criaturas, un simple ser humano. Jesucristo fundamentalmente era diferente de nosotros, quienes fuimos creados por Dios Padre.
 
 

Escrito Está en Hebreos

 
Si leemos el Libro de Hebreos, podemos encontrar la superioridad de Jesucristo. El autor del Libro de Hebreos describe cuan superior es Jesucristo cuando lo comparamos con los ángeles.
¿Porque el escritor de la Palabra sintió la necesidad de mencionar Hebreos y de distribuirlo al pueblo Hebreo de esa época? Más aún, ¿qué tan importante fue hacerlo? La gente Hebrea de esa época escuchó y creyó en el evangelio del agua y el Espíritu. Ellos vieron a Jesucristo con sus propios ojos y supieron y creyeron en el porqué Jesús recibió Su bautismo y porque Jesús murió sobre la Cruz. Sin embargo, ellos tenían una tradición oral de adorar ángeles la cual fue pasada de sus antecesores pasados. Así, estaban aquellos que pensaban que Jesús era uno de esos ángeles o aún que era inferior a un ángel.
Debido a que había muchos Israelitas que adoraban ángeles, los siervos de Dios necesitaban decirles, “Jesucristo es superior a los ángeles. Él es el Creador. Aunque ls ángeles fueron creados, Jesucristo como Hijo de Dios Padre es el Creador del universo y de todo lo que en existe.” Aunque la identidad del autor de Hebreos no es conocida con certeza, los teólogos piensan que es el Apóstol Pablo o Bernabé debido al íntimo conocimiento del autor del Antiguo Testamento. De cualquier forma, el autor del Libro de Hebreos fue un siervo de Dios que creía en el evangelio del agua y el Espíritu.
El Segundo capítulo del Libro de Hebreos habla acerca de la superioridad de Jesucristo. Aunque Él vino en semejanza humana, el Libro habla acerca de la superioridad de Jesucristo y de Su prestigio. El tercer capítulo del Libro de Hebreos advierte acerca de aquellos que toman ligeramente el evangelio del agua y el Espíritu, dice que se convertirán en adoradores de ángeles y terminaran recibiendo el castigo. Tal advertencia continua en el capitulo cuatro del Libro de Hebreos. El Libro de Hebreos está lleno de tales descripciones.
Sin embargo, algunas personas insisten que el Libro de Hebreos describe la salvación como algo obtenible al creer únicamente en la sangre de Cristo. Ellos reúnen la ceguera espiritual que no puede ni ver ni conocer nada espiritual y comparten con ellos cualquier cosa que salga de sus bocas. Aún si dicen cualquier cosa, los ciegos no pueden más que creer cualquier cosa que escuchen. Sin embargo, si vemos detenidamente los pasajes de la Escritura en el Libro de Hebreos, podemos descubrir que la salvación no viene por la sangre de Cristo únicamente como insisten estos mentirosos. No solo la Oración del Señor sino la totalidad de la palabra de la Biblia son fundamentalmente diferentes de que esta gente afirma.
 
 

La Importancia del Papel de Juan el Bautista

    
La gente ignora muchísimo la importancia cumplida del Sumo Sacerdote Juan el Bautista. Existen aquellos que dicen que Juan el Bautista es un derrotado aún entre los Evangélicos.
Juan el Bautista fue encarcelado. Cuando el Rey Herodes cometió un espantoso pecado al tomar a su cuñada como su esposa, Juan el Bautista lo reprendió y fue encarcelado por ello. Así, los discípulos de Juan el Bautista fueron a visitarlo a la cárcel. Entonces, Juan el Bautista les preguntó “¿es verdad lo que escucho? La gente dice que Jesús ha abierto los ojos de los ciegos y ha sanado a los enfermos. ¿Es Él prometido? Vayan a Él y pregúntenle.” Si Jesús era el Mesías prometido que había de venir, Juan el bautista les dijo a sus discípulos que fueran a Jesús e investigaran. Así, sus discípulos fueron a Jesús y le preguntaron, “¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?” (Mateo 11:3). Así, algunas personas dicen que Juan el bautista fracaso ya que no reconoció a Jesús y fue asesinado por oponerse al Rey Herodes.
Sin embargo, eso no es lo que dice la Biblia. Juan el Bautista dijo, “Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30). De hecho, Juan el Bautista dijo que debía desaparecer de la faz de la tierra una vez que Jesús viniera a este mundo y tomara todos los pecados del mundo por medio de Su bautismo para que la gente pudiera seguir a Jesús y recibiese la remisión del pecado. Juan el Bautista respondió así a sus discípulos no porque no reconociera a Jesús sino porque sus discípulos lo consideraban superior a Jesús.
Juan el Bautista estaba percatado del hecho de que Jesús era el Mesías desde el momento en que lo bautizó en el Río Jordán. Ya desde el primer capítulo de Juan, Juan el Bautista dijo, “Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios” (Juan 1:33-34). Juan el Bautista sabía todo acerca de quién era Jesús. Así, Juan el Bautista dijo en Mateo capítulo 3, “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?”
Debido a que aquellos que no han nacido de Nuevo por el agua y el Espíritu no tienen al espíritu Santo, ellos no conocen correctamente la palabra. Ellos solo acomodan las piezas de la Biblia a su propia discreción y creen en lo que quieren. Sin embargo, debido a que nosotros los justos quienes tenemos la remisión del pecado por el agua y el Espíritu tenemos al Espíritu Santo en nuestros corazones, conocemos y creemos en la Palabra de Dios correctamente. Jesús fue con Juan el bautista y le dijo, “bautízame.” A eso, Juan el bautista replicó, “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” No podemos conocer y creer claramente el porqué tal conversación tomó lugar en esa situación.
Aunque Juan el Bautista pudiera ser un siervo de Dios nacido en la familia de los Sumos Sacerdotes, él no podía ser mayor que el Mesías, quien es Dios. Así, cuando el Mesías prometido Jesucristo vino a él en la forma de hombre y dijo inclinándose a él, “Bautízame. Realiza la gran tarea transfiriendo todos los pecados del mundo sobre Mí,” Juan el bautista replicó “¿Cómo puedo yo atreverme a bautizarte? Yo debo se bautizado por Ti” Debido a que Juan el Bautista sabía cuan exaltado realmente era Jesucristo, él reaccionó con tal humildad.
Jesús no intentó recibir Su bautismo de parte de Juan el Bautista porque Él era humilde. De igual modo, Juan el Bautista no se negó a bautizar a Jesús por ser humilde, diciendo, “Porqué vienes para ser bautizado por mí, cuando yo debería ser bautizado por Ti.” Sin embargo, cuando honran a Juan el bautista, la gente ignorante dice que Jesús recibió el bautismo de Juan el Bautista porque Él era humilde o que sucedió porque Juan el Bautista era muy educado. Simplemente Juan el Bautista reconoció y honró a Aquel que debía ser reconocido y honrado. Además, él dijo todas esas cosas porque escuchó las palabras de Jesús y reconoció correctamente que el Señor y Salvador había venido.
Así, respetamos a Juan el Bautista como el siervo de Dios. Juan el bautista no era cualquier siervo, sino el mayor siervo de Dios, mayor aún que Moisés, y el mayor de todas las personas entre aquellos nacidos de mujer.
Usted probablemente conozca muy bien acerca de Moisés. Juan el Bautista es mayor que Moisés quien habló con Dios cara a cara; y también él es mayor que el profeta Isaías. La mayoría de los Cristianos creen mayor a Moisés y no piensan mucho acerca de Juan el bautista, pero eso no es correcto. El mismo Jesús lo dijo: “Ciertamente, Yo les digo, entre aquellos nacidos de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista. Y están dispuestos a recibirle, él es el Elías que había de venir. Él ira y volverá a muchos de regreso a Mí. Él hará que se vuelvan las almas perdidas. Además, aquellos que no crean en el testimonio que da recibirán el juicio del fuego en los últimos días.”
Dios prometió a toda la humanidad, incluyéndote a ti y a mí, por Su Palabra Él enviara a Jesucristo, y Él cumplió Su promesa como nuestro Señor y Salvador. Jesús no era un tirano, ni era maleducado. Él no fue un gran maestro de moralidad sino que era el Dios todopoderoso, perfecto en todo sentido.
 
 

“Es Apropiado Cumplir Toda Justicia Haciendo Todas Estas Cosas”

 
Mateo 3:15 dice, “Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.”
Jesús tomó todos los pecados de cada persona al recibir Su bautismo de parte de Juan el bautista. Así, Jesús dijo, “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.” Debido a que Jesucristo vino a este mundo como el Cordero del sacrificio quién borraría todos los pecados de este mundo, Jesucristo tomó todos nuestros pecados para borrarlos. Es por ello que Jesucristo habló así a Juan el Bautista.
Nuestro Señor vino a este mundo y recibió Su bautismo de Juan el bautista. Así, Juan el Bautista dejo que fuese de ese modo. Juan el bautista dio el bautismo a Jesús imponiendo sus manos sobre Su cabeza, y Jesús recibió Su bautismo del representante de toda la humanidad, esto es, de Juan el Bautista.
Interminablemente cometemos pecado en esta tierra, mientras que nuestro Señor vino a este mundo y recibió Su bautismo de Juan el Bautista para quitar todos nuestros pecados. Así como nos llenamos cuando comemos, obtenemos nuevas fuerzas meditando y rumiando en este hecho sorprendente. Cuando reconocemos ante Dios que somos débiles y malvados y cuando creemos en el hecho de que nuestro Señor tomó todos nuestros pecados por medio del bautismo que recibió, nuestros corazones son limpiados y llegan a ser santificados al meditar en la Verdad del evangelio. Cuando creemos que Jesús ha quitado todos los pecados que cometemos diariamente al recibir Su bautismo, todos nuestros pecados ciertamente son transferidos sobre Jesucristo y nuestros corazones reciben la perfecta remisión del pecado. Además, nos convertimos en gente sagrada ante Dios que puede vivir una vida sin vergüenza. Nosotros quienes hemos recibido la remisión del pecado por el agua y el Espíritu hemos llegado a ser los hijos sagrados de Dios quienes podemos predicar Su justicia por todo el mundo.
Dios se ha convertido en nuestro pan de vida. Jesús, quien se ha convertido en nuestro pan diario, es el mismísimo pan de vida así como el agua viva. Lo que Jesucristo hizo en Sus 33 años de vida en este mundo constituyo el pan de vida y el pan diario para todos nosotros. Cualquiera que confirme, crea, y rumee en lo que Jesucristo ha hecho obtendrá nuevas fuerzas en cualquier momento en su corazón. Aquellos que han obtenido pan nuevo por medio de su fe son satisfechos día tras día en cuerpo y espíritu, ambos.
Debido a que Jesús recibió Su bautismo de Juan el Bautista, el representante de toda la humanidad, todos los pecados que tú y yo cometeremos hasta los últimos días de nuestras vidas ya han sido transferidos sobre Jesús de una vez por todas. Esta es una Verdad obvia y una Verdad absolutamente necesaria. Sin embargo, la gente ha tratado a esta Verdad muy ligeramente durante mucho tiempo. Aunque recuerdan todo lo demás, ignoran el bautismo que Jesús recibió y buscaron otras cosas en la Biblia. Intente tan duro como pueda el buscar algo más. Usted no encontrara nada y llegara una conclusión inútil de que la Palabra de Jesús es misteriosa y, por lo tanto, incomprensible. Solo cuando creemos en el evangelio del agua y el Espíritu y buscamos la Verdad en la Biblia haciendo este evangelio genuino la vara que mide, podemos darnos cuenta que cada Palabra de Dios encaja perfectamente.
 
 

La razón por la que Jesús Recibió Su Bautismo

    
Mateo 3:16 afirma, “Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.”
Los cielos fueron abiertos cuando nuestro Señor salió del agua, después de que Él recibió Su bautismo. Y el espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma. Los Cristianos de este mundo no se han dado cuenta de esto y tratan de discriminarnos como una secta bautismal o aún peor nos ven como una denominación creada por herejes, cuando tratamos de decirles acerca de la importancia del bautismo que Jesús recibió. Existe mucha gente que no sabe que creer sin conocer el bautismo de Jesús por medio del cual todos sus pecados fueron transferidos es erróneo. Son gente necia que piensa que estamos esparciendo un evangelio diferente ya que nosotros predicamos la Verdad del bautismo de Jesús. Mira el pasaje anterior: Evidencia concreta se halla en la Palabra que dice que los cielos fueron abiertos y que el Espíritu Santo en forma de paloma descendió sobre Jesús, después de que Él salió del agua habiendo recibido el bautismo.
La voluntad de Dios no podía ser realizada sin el bautismo de Jesús. Por lo tanto, y particularmente, podemos recibir la remisión del pecado creyendo en esta Palabra sin ir tan lejos en los Libros de Juan o Romanos. Si hubiésemos comprendido tan solo este versículo en que Dios se agrada al ver a Jesús recibir el bautismo para cumplir toda justicia y así Él envió al Espíritu Santo, podríamos escapar de todos nuestros pecados y cumplir toda justicia en nuestro corazón.
Que nuestro Señor vino a este mundo y recibió Su bautismo significa que todos los pecados de toda la humanidad fueron pasados a Jesús, Él llevó esos pecados a la Cruz, donde Él murió. Que Jesús recibió Su bautismo y salió de las aguas significan tres hechos: Primero, Jesús quitó todos nuestros pecados. Segundo, Él murió sobre la Cruz derramando Su sangre. Y tercero, Él resucitó de entre los muertos. Aún más, Aquel que completó todo esto fue la santa Trinidad. Fue Dios en la santa trinidad que hizo que Jesucristo viniera a este mundo y recibiera Su bautismo de parte de Juan el Bautista, muriera sobre la Cruz, y resucitara de entre los muertos para liberarnos a todos nosotros de todos nuestros pecados. Dios padre, Su Hijo Jesucristo y el espíritu Santo, estas tres Personas acordaron liberarnos de todos nuestros pecados y realizaron esta sorprendente salvación.
Por lo tanto, no puede existir un evangelio que insista que Jesús murió sobre la Cruz cubriendo nuestros pecados con sangre a menos que Él haya sido previamente bautizado en agua. Tampoco puede existir un evangelio que insista que Jesús recibió el bautismo por Su humildad. Ni podemos omitir Su bautismo del evangelio ni enfatizar la sangre de la Cruz por sí sola. Tampoco, masacrar la santidad de Jesús insistiendo que Él fue meramente humano eso también es mala fe.
Debido a que fundamentalmente Jesús es Dios, Él pudo quitar todos nuestros pecados cuando recibió Su bautismo de parte de Juan el Bautista. Jesús murió sobre la Cruz quitando todos nuestros pecados que Él recibió por medio de Su bautismo. Jesús pudo quitar todos nuestros pecados al recibir Su bautismo, al derramar Su sangre Su sangre cargando todos los pecados del mundo, para decir que Él ha cumplido toda justicia, y ser resucitado de entre los muertos debido a que Él es el Dios Santo.
Además, Dios Padre elaboro todo en unión con Su Hijo y el Espíritu Santo. Él ha realizado todo de acuerdo con el plan de Dios para convertirnos en el pueblo de Dios, para liberarnos de todos nuestros pecados, para hacernos participar en el sagrado reino de Dios, y para adoptarnos como hijos de Dios. Para ilustrar este punto más concretamente, Jesús como representante del Cielo recibió Su bautismo de parte del representante terrenal, murió sobre la Cruz, y resucitó al tercer día.
Cuando veo a los santos, los siervos de Dios, o a mí mismo, puedo ver que todos nosotros somos demasiado débiles. Podemos ver que cometemos pecados cada día. Cuando caemos en nuestros pensamientos, somos demasiado indecentes.
Existe un himno que dice, “Muchos años anduve perdido, lleno de pecado y tristeza,
Sin esperanza vagaba sin considerar el costo.
Pero mis pecados Él perdonó, me dio Su salvación,
Ahora he sido adoptado, ya no estoy perdido.
Oh el amor de Dios, ilimitado amor de Dios
Libremente dando perdón por medio de la sangre del Salvador,
Oh el amor de Dios, ilimitado amor de Dios
Levantemos nuestras voces alabándolo a Él arriba.”
¿Cómo pueden aquellos que permanecen como pecadores a pesar de su fe en Jesús cantar este himno con tal entusiasmo? O se jactan del amor y el merito de Jesús, sino de sus pecados. Entusiastamente alaban este himno como si estuvieran orgullosos de tener pecados en sus corazones. Como si su conciencia estuviera mareada y confundida, cantan este himno con tal confianza a pesar de sus pecados. El merito de Jesús fue redimir todos nuestros pecados por el agua y por la sangre. Sin embargo mientras que solo profesan la sangre de Jesús, ellos cantan con tal confianza como si fuese correcto tener pecados aunque creen en Jesús. Aquellos que no saben nada acerca del evangelio del agua y el espíritu son seducidos con ese entusiasmo. Aún las joyas falsas brillan más intensamente que las verdaderas. Menos de 100% oro es más brillante que el oro puro. Los modelos de comida plástica se ve más sabrosa que la comida real. Así, lo falso abunda en este mundo, aun en el reino de la fe.
 
 

Podemos Llegar a Ser Justos Aunque Seamos Débiles Día Tras Día

    
¿Cómo podemos llegar a ser justificados si cometemos pecados diariamente? Jesús quitó todos nuestros pecados al recibir Su bautismo. El dio el pago de muerte ya que la paga del pecado es muerte al llevar todos los pecados del mundo hasta la Cruz, donde Él fue clavado y derramo Su sangre. Al ser resucitado de entre los muertos, Él nos dio la esperanza de la resurrección. Él nos dio la fe para creer que Jesús es el Dios verdadero. Así, podemos llegar a ser justificados ya que Él nos dio el evangelio del agua y el Espíritu, por medio del cual podemos completamente nacer de nuevo.
Jesús nos libero al substituir Su vida en nuestro lugar por nuestros pecados. Esto es, Jesús dio el rescate con Sui propia vida y nos compro. Es así como fuimos liberados. Nosotros no tuvimos que morir por nuestros pecados sobre la Cruz o dar el pago por nuestros pecados ya que Jesucristo vino a este mundo por nosotros quitando todos nuestros pecados por medio de Su bautismo y dando el pago del rescate por nuestros pecados sobre la Cruz. Hemos llegados a ser limpios de pecado debido a que Jesús resucitó de entre los muertos para darnos vida después de que Él tomó todos nuestros pecados y dio el pago por esos pecados. Nuestro Señor ha llegado a ser nuestro perfecto Salvador. Hemos llegado a ser limpiados creyendo en Él. Esa es la justicia de Dios que merece nuestra alabanza.
De hecho, tú y yo somos simple arcilla. Para ser más precisos, fuimos hechos del polvo. Regresamos al polvo una vez que morimos. Probablemente has ayunado sin comida ni bebida para orar fervientemente anteriormente. En esos momentos, podemos sentir nuestros cuerpos deshidratándose. Debido a que el 70% de nuestros cuerpos consisten de agua, nuestras vidas son amenazadas cuando una cantidad de agua escapa de nuestros cuerpos. Tal vez podamos pasar días sin comida, pero no podemos hacer lo mismo sin agua. Una vez que toda el agua se seca en nuestros cuerpos, no somos nada más que un puñado de polvo. Fuimos hechos del polvo, pero llegamos a ser las almas vivas cuando Dios sopló en nosotros el aliento de vida.
Se habla y se discute mucho acerca de la espiritualidad en el cristianismo de hoy. Solo hace poco tiempo, vi una discusión en TV acerca de la espiritualidad entre el anfitrión, dos teólogos con doctorados y algunas otras personas. “La espiritualidad es la espiritualidad.” Esa fue su conclusión final. Cuando se les preguntó, “En conclusión, ¿podría usted definir espiritualidad en una palabra?” después de 45 minutos de discusión, ninguno de los participantes, ni siquiera los teólogos, fueron capaces de responder. Eso es así. Definitivamente son incapaces de afirmar lo que es la espiritualidad.
Aunque su discusión duró 45 minutos, no pudieron llegar a una conclusión. Y uno de los teólogos dijo, “En Génesis está escrito, ‘Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.’ Debido a que no conocemos el secreto detrás de este aliento de vida que soplo en su nariz, somos incapaces de dar conclusión sobre la espiritualidad.” Ellos todavía no han nacido de nuevo. A pesar de una educación excelente en el institución teológica mas prestigiada, ellos son incapaces de saber acerca de la espiritualidad ya que no tiene n al espíritu santo en sus corazones. “El significado teológico de la palabra espiritualidad es ‘la calidad o estado de ser espiritual.’ Desde luego, la palabra espiritualidad tiene muchos más significados. Tenemos la tendencia de promover nuestra espiritualidad asistiendo a oraciones matutinas, ofreciendo mucho dinero, evangelizando bien, realizando buenas obras y no cometiendo ningún pecado como nuestros antecesores en la fe hicieron. A esto podemos llamarlo espiritualidad.” Esta es la conclusión a la que llegaron al final.
Observando esto, podemos ver que el Cristianismo se ha corrompido ampliamente. Y verdaderamente me he dado cuenta que es tiempo de que nosotros los justos aparezcamos en escena y compartamos la Palabra de Verdad. Solo el evangelio del agua y el Espíritu puede dar respuestas definitivas de lo que es la espiritualidad, lo que significa ser humano, porque la gente necesita recibir la remisión del pecado, y porque necesitamos revivir nuestra espiritualidad en primerísimo lugar. Y nosotros que hemos nacido de nuevo por el agua y el Espíritu debemos pasar estas respuestas.
Ahora, es tiempo de que nosotros los justos aparezcamos en escena y les digamos acerca del evangelio del agua y el Espíritu al mismo tiempo que explicamos los significados fundamentales de la espiritualidad. “Debemos comenzar diciéndoles que hemos crecido separados de Dios debido a nuestros pecados. La naturaleza y el espíritu divino que alguna vez tuvimos en nuestro corazón fueron separados de Dios debido a nuestros pecados. Tenemos que decirles que pudimos recuperar esto al creer en el evangelio del agua y el Espíritu por medio de Jesucristo. Cuando creímos en este evangelio y recibimos la remisión del pecado, llegamos a ser verdaderos seres espirituales así como hijos de Dios, ese es el avivamiento de la espiritualidad.” Si desarrollamos esta verdad en mayor grado, podremos dar respuestas claras a aquellos que están perdidos debido a su ignorancia de la espiritualidad. En otras palabras, el avivamiento de la espiritualidad es la recuperación de la naturaleza divina en nuestro corazón que creció separado de Dios debido a nuestros pecados creyendo en el bautismo que Jesús recibió y en Su sangre.
Debido a que somos demasiado débiles, cometemos innumerables pecados mientras vivimos en esta tierra. Crecimos separados de Dios debido a nuestros pecados. A menos que podamos borrar completamente todos esos pecados, nunca podremos vivir nuevamente espiritualmente sino que viviremos vidas atadas a las debilidades de la carne. Así, tenemos que creer en el bautismo que Jesús recibió, el cual contiene todas los elementos necesarios para el avivamiento de nuestra espiritualidad; Dentro del bautismo están los hechos que Jesús quitó todos nuestros pecados al recibir Su bautismo de Juan el Bautista, y Él murió sobre la Cruz derramando Su sangre, Él resucitó de entre los muertos, y Jesucristo es el Hijo de Dios al igual que nuestro propio Dios. Dentro del bautismo, existe todo lo que es esencial para nuestra alma.
Así, una vez más tenemos que confirmar este evangelio, del cual podemos comer nuestro pan spiritual día tras día. Aún cuando una conciencia inestable crece en nuestro corazón debido a nuestras faltas y pecados que cometemos diariamente debido a nuestras debilidades, llegamos a ser completos en nuestro corazón una vez más al confirmar el evangelio. Cuando nuestros pensamientos y corazones están manchados por las debilidades de nuestras vidas, nuestra convicción de que nuestro Señor nos ha hecho completos será confirmado concretamente en nuestros corazones, solo si recordamos el bautismo que nuestro Señor recibió de Juan el Bautista, lo que El dijo mientras que recibía el bautismo, lo que ocurrió cuando salió del agua, y lo que testificó el Espíritu Santo. Por medio de estos, nuestra alma será llenada y obtendremos nueva fuerza, suficiente para vivir nuestra fe. Al hacer eso, somos capaces de vivir como soldados de Cristo mientras vivimos en esta tierra.
Tenemos que agradecer por este evangelio del agua y el Espíritu y comer nuestro pan diario mientras rumiamos en este evangelio día tras día. El Señor nos pidió que oráramos, “Danos hoy nuestro pan” (Mateo 6:11).
Nuestro pan diario no está en un lugar distinto. El Señor habló del pan diario como sigue. Juan 4:32 dice, “Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.”Continuando en el versículo 34, nuestro Señor dice, “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”
En realidad, los soldados de nuestro Señor somos capaces de comprender la Palabra hablada por Jesucristo. El pan principal que nosotros, quienes hemos recibido la remisión del pecado, necesitamos diariamente es el evangelio del agua y el Espíritu. El pan diario para nosotros que creemos en el evangelio del agua y el Espíritu, el cual fue realizado por Jesús, es rumiar diariamente en el evangelio del agua y el Espíritu. Cuando obtenemos nueva fuerza al comer y al confirmar el evangelio del agua y el Espíritu diariamente, cuando obtenemos nuestro pan de vida diariamente, y cuando realizamos las obras de Dios, nuestra alma esta ingiriendo el pan diario necesario.
El siguiente pan que nosotros los justos necesitamos es el realizar las obras de nuestro Señor. Cuando Jesucristo realizó lo que Dios Padre quería realizar en este mundo por medio de Su Hijo, Jesucristo dijo que la obra de Dios llegó a ser Su Pan. Si aquellos que han recibido la remisión del pecado no hacen la obra espiritual, sería lo mismo que soldados muriendo en el campo de batalla por no pelear la guerra. Cuando perdemos nuestra moral y tensión como soldados y nos olvidamos que hemos venido para pelear una guerra, nuestros enemigos nos invadirán y nos despojarán de todo incluyendo nuestra propia vida. Por lo tanto, debido a que nosotros hemos recibido la remisión del pecado somos los soldados de Dios, constantemente tenemos que realizar la obra de Dios y pelear la guerra espiritual para conservar nuestras vidas.
Así, realizando las obras de Dios y entregando nuestra carne y alma a las obras espirituales son el pan que nos mantiene vivos día tras día. Sin importar la alta tecnología del armamento, si los soldados se rehúsan a usarlos, no deseando pelear y no deseando recibir entrenamiento, serán incapaces de conservarse en una guerra. Aún si la iglesia de Dios provee Su Palabra cada día, una persona que no desea tomar y recibir la palabra de Dios realmente ya está muerta.
Dios le dijo a los justos que el realizar las obras de Dios es su pan. Esto ciertamente es así. Aquellos que han recibido la remisión del pecado al creer en el evangelio del agua y el Espíritu les ha confiado cierta parte de las obras de Dios. Nosotros hacemos nuestra parte en nuestra área para la obra del evangelio. Si no realizamos nuestros trabajos, podremos estar cómodamente en nuestra carne pero nuestros corazones estarán tan incómodos y vacíos que no seremos capaces de vivir. Nuestros corazones se empobrecerán y se destituirán causándoles la muerte. La razón por la cual somos impotentes a pesar de que hayamos recibido la remisión del pecado se debe a que no hemos realizado la obra de Dios. Si no comemos el pan, quedaremos impotentes: si no se nos ha provisto nuestro pan espiritual debido a que no hemos realizado ninguna obra espiritual, perderemos nuestro poder por el hambre. Aún si no te hubiera dicho esto, estoy seguro que tú ya sabes bien acerca de esto. Dios nos da nueva fuerza cuando realizamos Su obra. Cuando no realizamos la obra de Dios, perdemos nuestro poder. Esto es real no sólo para nuestro ser interno sino también para nuestro ser externo. Si no tenemos poder, se debe a que no nos hemos dado cuenta del hecho de que tenemos que convertirnos en soldado.
Lo que necesitamos es el evangelio del agua y el Espíritu. Tenemos que confirmar y rumiar en el evangelio del agua y el Espíritu diariamente. Diariamente tenemos que admitir los pecados que cometemos cada día, confirmar una vez más que nuestro Señor ha borrado todos esos pecados, y dar gracias para recibir nueva fortaleza en nosotros.
 
 

La Obra de Dios es Alimento Esencial para Promover la Fe Firme de Sus Trabajadores

    
Si los justo no hacen la obra de Dios, y si los soldados del Cielo solo realizan el trabajo de este mundo sin realizar la obra de Dios en lo más mínimo, se morirán de hambre: incapaces de hacer algo, perderán todos sus poderes y terminaran muriendo. Esto es así ya que no pueden recibir nuevas fuerzas. Así, cuando realizamos el trabajo que se nos ha encomendado por nuestro Señor, esto en si mismo llegar a ser nuestra fuerza. Se convierte en el pan necesario para nosotros. Así, tenemos que comer nuestro pan diario realizando la obra de Dios diariamente.
Podemos comparar esto con los músculos de nuestro cuerpo. Debemos hacer ejercicio para tener músculos y continuar ejercitándonos si deseamos mantener esos músculos sólidos. Si nos confiamos cuando llegamos a tener músculos sólidos y dejamos de hacer ejercicio, pronto nuestros músculos se deterioraran. Los músculos que se deterioran se convierten en grasa dañina que causa todo tipo de enfermedades. Así, debemos continuar ejercitándonos para fortalecer nuestros músculos. Debemos fortalecer nuestras piernas y espaladas para sostener toda la presión para que no tengamos problemas en esas zonas.
Eso implica que aquellos que recientemente han llegado a ser hijos de Dios creyendo en el evangelio del agua y el Espíritu deben rumiar en el evangelio diariamente y realizar la obra de Dios. Ya que hemos sido santificados y hemos recibido al Espíritu Santo en nuestros corazones al creer, debemos comer nuestro pan diario cada día para mantener esas cosas intactas. Cuando realizamos la obra de Dios, obtenemos nuevas fuerzas al comer diariamente nuestro pan. Debemos recordar que el realizar la obra de Dios nos da nuevas fuerzas. Desde luego, estoy seguro que todos ustedes ya saben todo esto y creen así.
Nuestro Señor dice en Mateo 5:6, “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.” Los soldados de nuestro Señor deben tener hambre y sed de justicia. Si no realizamos la obra de Dios un solo día o una hora, cometemos pecados al realizar las obras de la carne y moriremos. Para realizar la voluntad de Dios en este mundo y llenar nuestros estómagos realizando la obra de Dios, nosotros los justos debemos realizar la obra de la justicia.
Por lo tanto, el Señor dice, “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33). Queridos compañeros creyentes, Dios nos dijo que primero buscáramos Su Reino y Su justicia. Nosotros que hemos llegado a ser los soldados de Cristo debemos rumiar diariamente en el evangelio. Tenemos que llevar nuestras debilidades y pecados ante Él. Tenemos que reconocer que hemos actuado mal en ciertos caminos y tomar nuestros pecados al Río Jordán y recordar que nuestro Señor aún tomó esos pecados por medio de Su bautismo.
La Palabra de Dios continuamente habla de este evangelio Palabra del agua y el Espíritu ya que este evangelio es Verdad y porque nuestro Señor vino a este mundo para completar este evangelio. Podemos encontrarnos con este evangelio del agua y el espíritu en cualquier parte de la Biblia.
No estoy hablando acerca de esto de una forma arbitraria como llega a mi mente. Usted tampoco debe interpretar la Palabra de Dios con sus propios pensamientos. No debemos interpretar el pasaje Bíblico “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” de la siguiente manera: “Esto significa que nuestro Señor nos dijo que viviésemos vidas santas y que debemos vivir vidas santas porque nosotros somos los justos.” Esto solo es hablar por nosotros mismos sin considerar la voluntad de Dios. Y no existe forma que nuestras propias palabras en lugar de la Palabra de Dios tengan sentido para los justos. ¿Quién entre los justos escucharía simples pensamientos humanos? Los justos pueden discernir las simples palabras humanas de la Palabra de Dios sin falla.
Nuestro Señor nos enseño en la Oración del Señor a orar, “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.” Entonces, ¿acaso esto significa que debemos vivir vidas santas? Esto no significa que debemos vivir vidas santas sin cometer ningún pecado sino que debemos vivir nuestras vidas como sacerdotes predicando el evangelio del agua y el Espíritu de acuerdo a la Palabra de Dios. Nuestro Señor quien nos conoces bien no nos diría que viviéramos sin cometer ningún pecado ya que nosotros no podemos más que mostrar nuestras debilidades cada día en nuestras vidas. Nuestro Señor definitivamente nos dice que necesitamos conocer y nos da la fuerza para vivir así si tan solo creemos en Su Palabra. Necesitamos saber que El ha completado toda Su justicia para que nosotros podamos vivir nuestras vidas por fe.
Sin embargo, debido a que mucha gente lee la Biblia sin primero conocer el evangelio del agua y el Espíritu, ellos no comprenden la verdadera intención de Dios y tratan de entender la Biblia literalmente. Debido a que se les dice que oren, “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre,” ellos piensan que no pueden tener pensamientos malvados y deben comportarse virtuosamente. Sin embargo, usted debe saber bien que el creer y conocer de esta manera es malinterpretar y tener una fe errónea ante Dios.
Dios nos creó, y no hay manera que Él no nos conozca de arriba abajo. Jesucristo es nuestro Creador y Salvador. Entonces, ¿Piensas que Él habría hablado así sin conocer nuestras debilidades de la carne? ¡Desde luego que no! No existe nada que Jesús, nuestro Creador y Salvador, no sepa acerca de nosotros, Él lo sabe todo. Escrito está en el Salmo 139: 1-5,
“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.
Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano.”
Nuestro Señor sabe todo acerca de nosotros. El conoce todo acerca de nosotros desde nuestra cuna hasta nuestra tumba. El sabe todo acerca de todos nuestros ancestros así como nuestros descendientes. ¿Entiendes? Aún cuando nosotros no nos conocíamos a nosotros mismos, nuestro Señor sabía acerca de nosotros.
El pasaje “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre” significa “Vive tu fe de tal modo que el nombre de nuestro Padre no sea blasfemado.” Él no nos demandó vidas perfectas a nosotros sino que nos dijo que recibiéramos la perfecta remisión del pecado en nuestros corazones y que viviésemos como trabajadores de las buenas obras de Dios por medio de nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu, el cual es el verdadero evangelio. Eso significa que debemos llegar a ser los soldados de Cristo por fe. Eso significa que debemos comer diariamente nuestro pan por fe.
Dios ya nos ha dado todo el pan que necesitamos. Solo cuando vivimos por fe es que podemos tomar el pan diario. Él ya nos ha dado todas las bendiciones celestiales. Cuando nosotros los justos que tenemos los corazones nacidos de nuevo vivimos nuestra fe dentro de la Iglesia, nosotros comeremos nuestro pan diario con regularidad.
Existen diferencias entre la gente cuando comen la Palabra. Algunas personas son demasiadas flojas para comer. Algunas personas no tienen una dieta balanceada y dicen, “Esta Palabra se aplica a esa persona y solo esa Palabra encaja perfectamente en mi.”Así, otros se someten a sí mismos ante Dios y toman cada Palabra afirmando, “Cada Palabra fue hablada directamente para mí.” Aquellos que son demasiados flojos para comer o que tienen una dieta desbalanceada perderán sus fuerzas aunque estén trabajando. Y eventualmente ellos morirán al ser reducidos a simples esqueletos y perdiendo toda su vitalidad.
Queridos compañeros creyentes, sin importar su edad o género, mucha gente está metida en estos días en dietas. Debemos hacer dieta en la carne; pero no debemos morir espiritualmente para que nosotros no fallezcamos por una mala nutrición espiritual. Probablemente usted sabe que aún las dietas de la carne pueden ser mortales especialmente cuando son usadas como un remedio extremo. Si deseamos perder peso, no solamente debemos hacer dieta sino además hacer ejercicio. Una cantidad apropiada de ejercicio es buena en muchos aspectos.
Sin importar lo que hagamos con nuestra carne, lo que es importante es que nunca hagamos dietas espirituales. Así, existen aquellos que hacen dieta no solamente en la carne sino también espiritualmente. “Es suficiente. Deja de hablarme. Ya dije suficiente.” Aquellos que hablan así mientras que se cubren sus oídos y se rehúsan a tener comunión con la Palabra y a realizar la obra de Dios perderán toda su fuerza. “¿Cuándo regresará nuestro Señor? Deseo que Él venga rápidamente.” Esto es todo lo que ellos piensan. Ellos no esperan el regreso de nuestro Señor con una fe verdadera sino que esperan eso ya que el esperar un poco más sacará la última gota de fuerza de su alma.
Queridos compañeros creyentes, aquellos que no hacen dietas espirituales sino que se alimentan bien poco les importa el tiempo del regreso del Señor. Siempre están llenos de fuerza espiritual, y todo lo que ellos desean hacer es realizar la obra de nuestro Señor y pelear espiritualmente. Aquellos que dicen, “¿Cuándo regresa el Señor? Estoy demasiado cansado. Deje de predicarme. Estoy exhausto.,” son aquellos que están hacienda dietas espirituales. Aquellos que constantemente piensan, “¿A quién le compartiré el evangelio? ¿Cómo salvara Dios a esa persona?,” son aquellos que tienen entusiasmo acerca de los asuntos espirituales y se están alimentando bien y creciendo bien.
El Señor dice, “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Una vida que revela la justicia de Dios, una vida que extiende la justicia del evangelio de Dios del agua y el Espíritu, una vida que extiende el evangelio y come bien el pan diariamente, estas son las vidas que buscan el Reino de Dios y buscan Su justicia. Dios dijo que es el mismísimo pan para nosotros.
Tenemos que comer el pan diariamente. Tenemos que rumiar en el evangelio cada día y volver nuestro corazón al Señor realizando la obra del evangelio cada día. También, entre más crece nuestra fe, no solo debemos rumiar en el evangelio sino también orar por un corazón que pueda realizar las cosas mayores viendo con nuestros ojos lo que Dios ha hecho y creyendo en Él con nuestro corazón.
Debido a que aún tenemos nuestros cuerpos de carne débil, podemos caer en nuestras debilidades. Algunas veces nos frustramos y caemos en tentaciones severas. Cuando caemos en tales depresiones, podemos renovar nuestros corazones deprimidos por medio de las oraciones de nuestros corazones. Debido a que Dios ya sabía la clase de criaturas que somos, nuestro Señor vino a este mundo, recibió Su bautismo, murió sobre la Cruz, y resucitó de entre los muertos. Él ha hecho estas tres cosas para que podamos comenzar de nuevo en el principio de cada día.
Tenemos que recibir la remisión del pecado, confirmar el evangelio diariamente, y realizar la obra en la que Dios se goza. No debemos hacer esto nosotros solos sino unidos con la Iglesia asó como con los otros soldados de Cristo, de la forma en que agrada a Dios. No importa cuán pequeña sea la labor, debemos unirnos en el trabajo. Eso nos dará fuerza. Al igual que recibimos fuerza al comer nuestros alimentos, también obtendremos fuerza al realizar la obra de Dios. Cree que estos es el pan diario para ti.
Por esa razón trabajamos constantemente. La iglesia de Dios es tan pequeña como una semilla de mostaza, pero está trabajando en todo el mundo. Estamos esparciendo la Verdad a todos en este mundo en cada lengua del mundo al traducir los libros que contienen el evangelio de Dios del agua y el Espíritu. Publicamos libros en todos los idiomas posibles para que cualquiera que quiera recibir la remisión del pecado en su corazón pueda encontrar el evangelio. Podrá haber gente que se queje de nuestro celo por la publicación de los libros; ellos nos dicen que nos detengamos ahora. Yo creo que todos estarán de acuerdo que nosotros, un pequeño grupo de soldados pudimos ser capaces de compartir el evangelio gracias a los libros.
Queridos compañeros creyentes, hay mucho trabajo para todos nosotros. ¿Cómo puede un soldado de Cristo escaparse del trabajo y jugar? ¿Cómo podríamos hacer otra cosa cuando hay tanto trabajo de Dios por realizarse? Un soldado no puede olvidar su compromiso y hacer otras cosas. ¿Tiene sentido que un soldado se tome tiempo libre si sabe que el enemigo va a invadir ahora? El Señor dijo, “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes” (Lucas 12:47). Aún si no es el pecado de blasfemar contra el Espíritu Santo, debe ser un pecado grave que acarreará muchos azotes. Sus pecados son tan graves que deberán vivir por siempre en pobreza y en destitución. Son tan grandes pecados que los desnudará y los hará morir de hambre en lo espiritual así como en su carne.
Así, nosotros los trabajadores estamos orando, “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.” Al ganar fortaleza por medio de nuestro pan diario en nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu, podemos limpiar la mugre que entra en nuestros corazones así como limpiamos nuestras casas. Obtenemos nuevas fuerzas para realizar la obra de Dios por medio de nuestra fe en el evangelio del agua y el Espíritu. Somos capaces de realizar la obra de Dios todo el día ya que comemos nuestro pan diario con regularidad. Entre más realizamos la obra de Dios, mayor fuerza obtendremos. Por este sorprendente hecho, somos capaces de saber que realmente estamos realizando la obra de Dios.
Queridos compañeros creyentes, si realmente ustedes tienen al Espíritu Santo en sus corazones, ustedes llegaran a entregar sus vidas a realizar la obra de Dios. Como está escrito, “El celo de tu casa me consume” (Juan 2:17), tenemos que seguir el ejemplo del Señor de vivir únicamente para hacer la voluntad de Dios Padre. Jesucristo, quien gozosamente se sometió a Sí Mismo para cumplir la voluntad de Dios, recibió Su bautismo, gritó el evangelio del agua y el Espíritu durante 3 años, murió sobre la Cruz, y cumplió la justa obra de Dios aunque Él sabía que moriría por ello. Así, Él llegó a ser el modelo para nosotros para seguir Su perfecto ejemplo. ¿Entiendes?
A partir de ahora, aquellos de ustedes que se sientan débiles deben darse cuenta que su desnutrición se debe a que no comen su pan diario. Si usted se siente débil aunque su mesa siempre está servida, esto se debe a que no han comido sus alimentos. Si usted se siente débil aunque usted se ha comido sus alimentos, se debe a que su masa corporal ha aumentado, al mismo tiempo que ha dejado de trabajar. Usted se siente cansado debido al peso adicional que ha ganado. La conclusión es muy sencilla. No puede evitar ser un debilucho si no tiene el poder espiritual debido a que no ha grabado la palabra de Dios en su corazón, aunque la palabra de Dios está presente en abundancia ante usted. Aún más, no solo será un debilucho sino k sentirá cansancio debido al peso adicional, ya que en realidad no ha actuado sobre su fe, aunque usted ha opuesto la palabra de Dios en su corazón. Si hemos comido la Palabra de Dios, debemos también practicarla para que se convierta en un musculo solido en sus cuerpos. Si hemos creído y grabado la Palabra de Dios en nuestros corazones, tenemos que realizar la obra de Dios para que realmente llegue a ser una fe fuerte. Aquellos que tienen una fe fuerte y saludable, ellos sabrán actuar ante los ojos de los demás conforme a sus creencias.
Enfrentamos muchas tribulaciones mientras vivimos en este mundo. Algunas veces, podemos vaciarnos de toda nuestra fuerza. Algunas veces podemos sentir que nuestras vidas son muy difíciles. En otras ocasiones, podemos sentirnos muy felices y saludables con el corazón rebosante. Si hay un santo que ha nacido de nuevo por medio de su fe en el evangelio del agua y el Espíritu, y si ahora se encuentra sin fuerza debido a que no ha vivido por fe hasta este momento, haga que realice la obra de Dios aún sin tener comunión con el. Si realiza la obra de Dios, aún si son pequeñas tareas, usted verá su alma revivir recibiendo una nueva fuerza revitalizada.
Tenemos que grabar la palabra de Dios en nuestro corazón diariamente. Tenemos que hacer nuestro pan diario realizando la obra de Dios. Y tenemos que guardar la santidad de Dios en nuestro corazón haciéndolo. Damos gracias por la gracia de Dios que nos provee nuestro pan diario.