(Juan 8, 1-16)
«Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba. Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero. Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie. Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre».
El poder del Evangelio del agua y el Espíritu es maravilloso. Este poderoso Evangelio es la Verdad eterna de la salvación que no podemos proclamar demasiado por mucho que lo prediquemos. La gente no estaría preocupada por sus pecados si creyese en el poder del Evangelio del agua y el Espíritu. Los que creen en el Evangelio del agua y el Espíritu definitivamente reciben la bendición de la salvación y toda la gracia divina y las bendiciones del Cielo de Dios.
Nuestro país también implementa ahora la semana laboral de cinco días. Nos dicen que los bancos serán los primeros en implementarla. Como resultado habrá más oportunidades de empleo. Pero, ¿qué pasará si la gente tiene tanto tiempo libre? ¿Hará cosas más constructivas? ¿O hará cosas que le causen más placer? Seguramente la gente seguirá su naturaleza pecadora.
Jesús es el verdadero Salvador
En el pasaje de las Escrituras de hoy había una mujer que fue arrestada por adulterio, pero Jesús la perdonó. Cuando miramos la manera en que Jesús trató a esta mujer, recordamos cómo los predicadores de hoy en día dicen simplemente que Jesús le demostró mucho amor. Pero la verdad es que Jesús no solo le demostró su amor, sino que eliminó todos sus pecados. Por eso le dijo: «Ni yo te condeno».
Los escribas y fariseos arrestaron a esta mujer y la llevaron ante Jesús para intentar acusar a Jesús utilizando la letra de la Ley. Mientras esta conmoción tenía lugar, Jesús escribía en el suelo y decía: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra». Entonces todos los que la acusaban fueron acusados por sus conciencias y se fueron uno a uno, desde el más mayor hasta el más joven, y solo quedaron Jesús y la mujer.
El cristianismo actual y otras religiones seculares apuntan hacia los pecados que la gente comete todos los días. Algunas religiones dicen que el practicar el ascetismo y no cometer pecados se llega a la verdad. Pero, ¿cómo es posible no pecar cuando se ha nacido con pecado? ¿Y cómo puede una persona que es humana no pecar? ¿Cómo podría esta mujer haber recibido la remisión de los pecados si Jesús no los hubiera eliminado y cómo podría haber creído que Jesús era el Salvador?
Los seres humanos somos seres depravados que no pueden evitar pecar hasta la muerte. Por eso necesitamos el poder del Evangelio del agua y el Espíritu en cada momento de cada día. Yo deseo que el poder del Evangelio del agua y el Espíritu llegue a todo el mundo. Quiero que todo el mundo escuche estas buenas noticias del Evangelio del agua y el Espíritu. El Señor dijo: «Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará fe en el mundo?». Pero las almas que creen en el poder del Evangelio son las que mantienen su fe hasta el final. El poder de la fe solo viene del Evangelio del agua y el Espíritu. Por tanto, no hay nada que debamos escuchar a parte de la Palabra de Dios y debemos creer en ella de corazón. No hay nada más que valga la pena creer.
¿Tienen algo en lo que valga la pena creer? ¿Pueden complacer a Dios con una vida ascética? ¿Pueden hacer feliz al Señor al no pecar en este mundo? Es cierto que es mejor no pecar que pecar intencionadamente. Sin embargo, a Dios no le importa si hay pecados o no. Ustedes no harán daño a Dios si pecan, y no habrá ningún beneficio para Dios si no pecan. Lo que está claro es que todos los pecadores recibirán el juicio de Dios por sus pecados sin excepción. Si no fuera por el Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos ha dado, estaríamos en la misma situación que esta mujer que fue sorprendida en adulterio. ¿Cómo podemos recibir la remisión de los pecados ante Dios si no es por el Evangelio del agua y el Espíritu? ¿Cómo podemos vivir el resto de nuestras vidas sin ser apedreados hasta morir y cómo podemos seguir dando testimonio del Evangelio si no es por el poder del Evangelio? Quiero que sepan que esta mujer pudo sobrevivir gracias al poder del Evangelio del agua y el Espíritu.
«Yo también digo que no tienes pecados»
Jesús declaró a la mujer que había sido sorprendida en adulterio: «Ni yo te condeno». Por otro lado Jesús les dijo a los escribas y fariseos: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra». Como todo el mundo nace con pecados, no hay nadie que no tenga pecados, y no hay nadie que no peque. Por eso el poder del Evangelio del agua y el Espíritu que el Señor nos dio es tan grande. Para esta mujer que cometió adulterio no hay ninguna diferencia, pero nuestro Señor eliminó todos nuestros pecados.
¿Saben por qué el Señor le dijo: «Ni yo te condeno»? Es muy simple. Jesús vino a salvarla de sus pecados y los eliminó a través de Su bautismo. Incluso el pecado del adulterio de esta mujer fue transferido al cuerpo de Jesús y no permaneció en el cuerpo de esta mujer.
El pasaje de hoy nos demuestra que este suceso también tiene que ver con toda la humanidad. La gente está diciendo que debemos intentar no pecar por todos los medios, pero estas palabras tienen su origen en falsas doctrinas. Si no fuese por el Evangelio del agua y el Espíritu, nadie podría ser salvado.
¿Creen que este Evangelio solo se necesita en nuestro país? Por supuesto que no. Este Evangelio se necesita en todo el mundo. Todo nacido de nuevo necesita el Evangelio del agua y el Espíritu. Y los que no creen en Jesucristo también necesitan el Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Cómo es posible que alguien reciba la remisión de los pecados si no es por el poder del Evangelio del agua y el Espíritu?
Esta mujer fue sorprendida en el acto del adulterio. Aunque prometiese que no pecaría nunca más y fuese liberada, ¿puede una persona llegar al estado de perfecta santificación al no cometer pecados en el futuro? No. No solo esta mujer, sino todos nosotros no podemos evitar seguir pecando. No tiene sentido decir que no pecamos ante Dios.
Las religiones actuales fueron inventadas por el hombre. La gente astuta puede ganar mucho dinero utilizando estas religiones del mundo. «Por favor, acepta mi pequeña contribución». Esta es parte de la letra de una canción de alabanza que aparece en una edición antigua del Libro de Alabanzas Coreanas. Los cristianos le piden a Dios que acepte su sinceridad aunque aún tengan pecados en sus corazones. Los budistas también le entregan dinero a su dios y le ruegan que lo acepte. Los cristianos generalmente son muy egoístas y también ruegan a Dios con alabanzas para que acepte su dinero y sus vidas. Por tanto encontramos muchas canciones de alabanza en el cristianismo actual que ruegan a Dios que acepte la sinceridad de los hombres. Le piden a Dios que reciba su sinceridad y su fe. Pero, ¿recibe Dios su sinceridad, sus cosas materiales y su dinero si la persona que lo ofrece está cubierta de excrementos? Por muy bellos que sean los ropajes, ¿los acepta Dios si tienen excrementos?
Pero los cristianos tienen la audacia de pedirle a Dios que les acepte aunque tengan pecados en sus corazones. Cuando leemos el Libro de Isaías, vemos que Dios dijo: «Por favor, no me traigáis esas cosas, me disgustan, por favor, llevaros esas cosas sucias». En tiempos del Antiguo Testamento, los israelitas fueron ante Dios y le pidieron que recibiese animales impuros y enfermos como vacas, ovejas y cabras. De la misma manera los cristianos de hoy en día ofrecen a Dios sus corazones pecadores y sus cosas materiales.
Estas personas tercas dan testimonio de que han encontrado el Señor solamente a través de la sangre derramada en la Cruz, pero esto es igual que un embarazo psicológico. Una cantante de gospel dio testimonio una vez de que había conocido al Señor en un sueño y de repente lágrimas de arrepentimiento empezaron a caer por sus mejillas, y así nació de nuevo y decidió dedicar su voz a Dios.
Todos ustedes probablemente han oído hablar de la palabra acosador. Un acosador es una persona que sigue a otra persona que le gusta aunque la otra persona no quiera, y en algunos casos el acosador hace una copia de la llave de la casa de la persona a la que acosa, entra en ella y la espera con una comida preparada. Estos acosadores violan la privacidad de sus víctimas. Los acosadores no aman a sus víctimas, sino que les hacen la vida imposible. De algún modo los cristianos de hoy en día están haciendo lo mismo. Son acosadores que molestan a Dios con sus voluntades invencibles y tercas.
El Señor le dijo a todo el mundo que recibiese la remisión de los pecados primero al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu. Pero los cristianos de hoy en día se niegan a aceptarlo y primero le piden al Señor que reciba su devoción aunque sean pecadores. Por tanto Dios no aprecia este tipo de devoción. Deben darse cuenta de que el Señor solo acepta la fe de los que han recibido la remisión de los pecados al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu.
Incluso si un cristiano que no ha nacido de nuevo por el Evangelio del agua y el Espíritu vende su casa y se la ofrece a Dios, y aunque ofrezca su propia vida, Dios no recibe estas cosas de un pecador. Dios nunca recibe alabanza ni adoración de quien tiene pecados en su corazón.
Los escribas y fariseos pensaban que eran los elegidos porque vivían con rectitud ante el Señor, y por eso juzgaban a los demás con el criterio de la Ley. Hoy en día muchos cristianos encuentran faltas en otras personas y las juzgan según el criterio de la Ley mientras que siguen teniendo pecados en sus corazones. Deben darse cuenta de que los caminos de Dios y los caminos de los hombres son muy diferentes; no sé por qué no se han dado cuenta de esto. Dios debe estar volviéndose loco porque las personas que tienen pecados en sus corazones siguen rogando a Dios que les acepte.
Es normal que una persona rica y poderosa les conceda un don a sus subordinados. Pero, ¿tiene sentido que una persona sin hogar y débil vaya a una persona rica y le pida que acepte la comida que ha recogido pidiendo en la calle? ¿Cuál es la diferencia entre una persona religiosa y una persona de fe? Una persona religiosa se niega a recibir la gracia de Dios e intenta ofrecer sus propios méritos a Dios. Incluso hoy en día vemos cómo los judíos pegan con sus cabezas en el Muro de las Lamentaciones, pidiendo a Dios que les acepte. Escriben sus deseos en un papel y lo meten entre las piedras del Muro de las Lamentaciones y ruegan que Dios les acepte.
Pero un hombre de fe es una persona que se da cuenta de que no tiene esperanza y cree que Dios ha borrado sus pecados con un corazón agradecido. Dios no acepta cualquier tipo de oración, ofrenda, servicio o sacrificio de un pecador. Solo hay una cosa que Dios puede recibir de un pecador: una oración que diga lo siguiente. «Señor Dios, por favor, sálvame de todos mis pecados». Dios no recibe nada más de un pecador. Dios nos está diciendo que debemos recibir Sus bendiciones. Dios dijo: «Ni yo te condeno». Esto significa: «Ya no tienes más pecados». El Señor nos está diciendo esto porque Jesús vino al mundo y fue bautizado por Juan el Bautista y tomó todos nuestros pecados para siempre. Por eso, antes de ofrecer cualquier tipo de sacrificio a Dios, primero debemos creer en lo que el Señor ha hecho por nosotros y seguirle.
Ayer vinieron personas nuevas a nuestro servicio de culto. Una pareja era de Australia. Les pregunté cuántos coreanos viven en Australia. Me dijeron que hay unos 50.000 coreanos. También me dijeron que la mayoría de los coreanos que viven en Australia viven de cheque en cheque. Dijeron: «No importa qué tipo de trabajo y qué habilidades consiguieron en Corea, porque cuando se van a vivir a Australia no las aceptarán y no podrán encontrar un trabajo profesional». Así que muchos inmigrantes viven con poco dinero en Australia.
El otro visitante nos dijo que vive en Hwachun y que es un sargento. Vino a Choonchun y visitó una clínica dental donde encontró uno de nuestros libros que empezó a leer mientras estaba en la sala de espera, y allí, en ese momento recibió la remisión de los pecados. Así que apuntó nuestro número de teléfono, nos llamó y vino a visitarnos a la Iglesia. Hay muchas personas en nuestro país que han leído nuestros libros y han sido salvados de sus pecados.
¿Cómo puede una persona hoy en día recibir la remisión de sus pecados? ¿Es posible recibir la remisión de los pecados orando toda la noche o en reuniones de oración, yendo a menudo a la iglesia los domingos y haciendo obras de voluntariado como los escribas y los fariseos? No.
Pregunten a las personas que hacen estas cosas si todavía tienen pecados en sus corazones. Les dirán definitivamente que todavía tienen pecados a pesar de todo. ¿Cómo puede una persona recibir la remisión de los pecados? Quien escucha el Evangelio con sus oídos y cree en él con su corazón recibe la remisión de los pecados porque tiene el poder de borrarlos todos para siempre. Este Evangelio del agua y el Espíritu es maravilloso. Además estamos viviendo en los últimos tiempos y no hay otra cosa en la que debamos creer.
Hay algunos ministros brasileños que nos envían mensajes. Quieren saber a través de qué Palabra pueden recibir la remisión de los pecados, ya que no han podido recibirla hasta ahora por sus propios medios. Recibir la remisión de los pecados solo se puede conseguir mediante el Evangelio del agua y el Espíritu. No hay otra manera. El retorno del Señor está cerca y todas las profecías de la Biblia se cumplirán. Por tanto solo hay una manera de ser salvados del pecado. Si la gente cree en el Evangelio del agua y el Espíritu, recibirá la remisión de los pecados y poder para seguir al Señor y vencer a Satanás, quien tiene poder en este mundo, y también caminar con el Señor. El Evangelio del agua y el Espíritu nos dio la salvación pero también nos dio fuerzas y bendiciones que nos permitieron seguir al Señor. Esto es maravilloso. No hay nada tan poderoso como el Evangelio del agua y el Espíritu.
El Apóstol Pablo dijo: «Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego» (Romanos 1, 16). El poder de Dios está en el Evangelio del agua y el Espíritu. La palabra poder es dunamis en griego, y la palabra dinamita viene de esa raíz griega. La dinamita tiene poder para hacer volar por los aires cualquier objeto. Incluso un edificio grande podría demolerse con una canasta de dinamita. Así de poderosa es la dinamita. El poder del Evangelio del agua y el Espíritu es así cuando elimina nuestros pecados. El poder del Evangelio del agua y el Espíritu es así cuando borra nuestros pecados; nuestro pecado original y los pecados personales; nuestros pecados pasados, presentes y futuros; nuestros pecados de acción y omisión; los pecados que cometemos en acción y los que cometemos con el corazón; y los pecados que han desaparecido de nuestras memorias. Por tanto debemos conocer el poder del Evangelio del agua y el Espíritu.
Una vez vi un póster que invitaba a la gente a una reunión de resurgimiento espiritual de uno de los evangelistas más famosos del mundo. En el póster aparecían fotografías de algunos casos de curación de personas paralíticas y sordas. Otro famoso evangelista realizó una reunión de resurgimiento recientemente en nuestro Estadio Olímpico. Este líder dio testimonio de que ha estado lleno de gozo y no ha sufrido o estado triste desde que encontró a Jesús en su adolescencia. Les dijo a todos que desde entonces podía hacer todo lo que se proponía.
Pero, ¿acaso no experimentamos tristeza, dificultades y cometemos pecados aunque seamos nacidos de nuevo? Sí que lo experimentamos. Aunque nos hemos convertido en nacidos de nuevo al creer en el Evangelio del agua y el Espíritu, sentimos tristeza cuando pensamos carnalmente. Aunque nuestros pecados han sido claramente eliminados al creer en el poder del Evangelio, es difícil vivir una vida recta después de nacer de nuevo. Tenemos que librar muchas batallas espirituales para vivir por fe.
¿Qué les ocurrirá si se niegan a creer en el Evangelio del agua y el Espíritu?
No hay otro Evangelio, otra bendición, ni otro poder que el Evangelio del agua y el Espíritu. Y por tanto debemos creer en él y estar revestidos del poder de este Evangelio del agua y el Espíritu y correr por él. Entonces Dios nos dará la gracia y la divina bendición para resolver todos nuestros problemas. Debemos creer en esto y seguir al Señor. Si no lo hacemos no habrá nada que podamos heredar. Me siento cómodo en mi corazón. A veces siento mucha compasión por las almas perdidas, pero me siento cómodo porque he recibido el poder del Evangelio del agua y el Espíritu.
De verdad deseo proclamar el Evangelio del agua y el Espíritu por todo el mundo. Estamos preparando muchas cosas para proclamar el Evangelio este año. Y estamos predicando el Evangelio mientras las preparamos. Creo que muchas personas creerán en el poder del Evangelio del agua y el Espíritu y recibirán la remisión de los pecados y que serán mártires mientras cantan alabanzas a Dios cuando se acerque el retorno de nuestro Señor.
Nuestro país se conoció en un tiempo como la Jerusalén de Asia, pero ahora el cristianismo está al borde de la extinción. Nuestro pueblo necesita el Evangelio del agua y el Espíritu ahora más que nunca. El soldado que visitó nuestra Iglesia ayer nos dijo que la iglesia a la que iba no podía resolver el problema de los pecados de su corazón, pero que ahora, por primera vez, ese problema fue resuelto a través del Evangelio del agua y el Espíritu.
Nosotros debemos grabar el Evangelio del agua y el Espíritu en nuestros corazones y compartirlo con todo el mundo. No hay nada mejor que esto. ¿Lo creen? ¿Qué puede ser mejor que esto? Si no fuese por este Evangelio, ¿quién podría ser salvado? La fe que tenemos está puesta en este Evangelio que tiene poder. Este Evangelio hace que los pecadores estén sin pecados, abre los ojos de los ciegos, hace que los cojos caminen y resucita a los muertos. También bendice a los que vivían siendo miserables. Esta es la bendición espiritual.
Estoy agradecido por haber sido salvado de mis pecados a través del poder del Evangelio del agua y el Espíritu. Mi corazón tiene paz ahora. Mis pensamientos están ocupados por otras almas, pero mi alma está feliz y en paz. Estoy muy contento porque puedo servir al Evangelio del agua y el Espíritu. Por favor, compartan el poder del Evangelio del agua y el Espíritu con sus familias.
En el futuro cercano muchas personas en Israel y en los Estados árabes serán salvadas de sus pecados cuando vayamos a esa zona. Hemos creado una página Web en árabe para que los musulmanes puedan leer nuestros libros y entender la Verdad. También hemos creado libros electrónicos para los países donde no podemos distribuir libros impresos. Sé que algún día recogeremos los frutos de la felicidad si continuamos proclamando el poder del Evangelio del agua y el Espíritu; de la misma manera en que este hombre fue salvado de sus pecados al leer uno de nuestros libros en la clínica dental. Estoy feliz porque creo en el poder del Evangelio del agua y el Espíritu. ¿Están ustedes felices? Soy la persona más feliz del mundo cuando vivo en este Evangelio.
Para predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a todo el mundo, miramos hacia el futuro lejano mientras trabajamos y preparamos el Evangelio. Al final sé que las flores del Evangelio florecerán. Si preparamos cada paso meticulosamente, las flores empezarán a dar frutos enseguida. Vamos a hacer todo lo que podamos para hacer esta obra y complacer a Dios. Hasta el día en que vuelva el Señor, hasta el día en que nos presentemos ante Dios, quiero predicar el Evangelio del agua y el Espíritu a los que no conocen el Evangelio para que puedan recibir la remisión de sus pecados. Por tanto mi mayor deseo es trabajar hasta que Dios lo permita.
Por supuesto, hacer esta obra no es fácil. Es difícil porque Satanás la hace difícil para nosotros. Hay muchos momentos en que nos intenta demorar, pero yo voy a seguir viviendo por fe. Hemos vivido hasta ahora por el Evangelio del agua y el Espíritu, ¿y qué más tenemos que hacer a parte de la obra del Evangelio? No tengo nada más que hacer. ¿Hay alguna obra que merezca la pena más que esta? No.
Muchas personas recibirán la remisión de los pecados si vivimos por el Evangelio del agua y el Espíritu. Incluso ahora mi corazón está lleno de gozo por pensar en la gente en los países extranjeros leyendo nuestros libros y recibiendo la remisión de los pecados. Una persona nos envió un correo electrónico en el que nos decía que había pedido tres de nuestros libros y los había recibido. Dijo que su padre estaba leyendo el tercer volumen y que él estaba leyendo el primer volumen de nuestras series sobre el Evangelio, y que ambos los encontraron satisfactorios. Dijo que quería leer el libro que su padre estaba leyendo, y que su padre le dijo que esperase una semana. Después de que toda la familia terminase de leer nuestros libros, se los prestaron a sus amigos. Así que el Evangelio da cientos y miles de frutos.
¿Cómo podemos dejar de hacer esta obra si seguimos recibiendo mensajes tan bellos de gratitud como este? Debemos dedicarnos a la obra de predicar el Evangelio continuamente con toda la preparación necesaria. De la misma manera en que un partido de fútbol tiene una primera y una segunda parte, también hay dos partes cuando predicamos el Evangelio. Si hemos trabajado en la primera parte hasta ahora, entonces descansamos un momento y continuamos en la segunda parte. Tenemos que hacer la obra de predicar el Evangelio hasta que venzamos por fe. Nuestro Señor ha preparado la victoria y nosotros tenemos que correr hacia ella. Hay un arco triunfal esperándonos. Las doce Puertas de Perlas son nuestros arcos triunfales. ¿Están pasando por un mal momento? Ya hemos ganado. Llegaremos a ese día glorioso.
El sistema de cinco días laborares a la semana será una buena oportunidad para nosotros. No hay muchas personas que vayan a la Iglesia con regularidad. Debemos ir pasando los libros sobre el Evangelio a la gente de nuestro país en un momento como este. Tenemos un equipo especial en nuestra misión que viaja por todo el país distribuyendo nuestros libros. Este equipo especial trabaja para cumplir su misión por su propia voluntad.
Las Escrituras dicen: «Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas;
todo el día y toda la noche no callarán jamás.
Los que os acordáis de Jehová, no reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén,
y la ponga por alabanza en la tierra» (Isaías 62, 6-7).
El Señor desea que los siervos de Dios trabajen sin descansar, y nos está diciendo que oremos continuamente para que Dios trabaje sin descanso también. Vamos a trabajar mucho más y a dar mucho más fruto. Si hacemos esta obra como es debido, este mundo se destruirá pronto. Por tanto, ahora es el momento de dedicarnos a predicar el Evangelio utilizando todas nuestras fuerzas. Vamos a dedicar todos nuestros esfuerzos ahora que la situación es favorable, porque en el futuro no podremos hacer esta obra cuando sea difícil. Hay una última cosa que debemos hacer, y es proporcionar alimento espiritual y físico para nuestras familias que no han recibido la remisión de los pecados. Por último, deben ayudar a esas personas a recibir la remisión de los pecados y entonces podrán morir en paz.
Jesús salvó a la mujer sorprendida en adulterio. Nosotros también hemos recibido el Evangelio del agua y el Espíritu y el poder a través de Jesús. Muchas personas reciben la remisión de los pecados ahora porque hemos compartido el poder del Evangelio del agua y el Espíritu. Vivamos así durante el resto de nuestras vidas. ¡Aleluya!