נושא 1: לידה מחדש מהמים והרוח

Nuestros pecados nunca pueden ser lavados por la oración y el arrepentimiento porque la redención nunca puede venir a través de nuestras propias obras. Más bien, para ser lavados de nuestros pecados completa y permanentemente, tenemos que creer en el bautismo y la sangre de Jesús y que Jesús es Dios. La verdadera redención se da a aquellos que creen que Jesús lavó nuestros pecados al ser bautizado y sangrar en la Cruz para darnos nueva vida.

Entonces, ¿podemos lavar los pecados diarios orando por el arrepentimiento? No. Todos los pecados que cometemos en nuestras vidas ya fueron lavados hace casi 2000 años cuando Jesús los quitó con Su bautismo. Fuimos limpiados para siempre de todos nuestros pecados con el bautismo de Jesús y el derramamiento de Su sangre en la Cruz. Se convirtió en el Cordero del sacrificio por nosotros los creyentes, lavó todos nuestros pecados con Su bautismo y pagó por todos ellos con Su sangre en la Cruz.

Incluso los pecados que cometemos después de creer en Jesús tienen que ser lavados en el manantial de la salvación del bautismo, la verdad de la redención; Jesús ya se ha convertido en nuestro Salvador y ha quitado todos los pecados que cometemos hasta el día de nuestra muerte. Jesús vino a este mundo y fue bautizado “porque así” (Mateo 3:15) y cumplió toda justicia al quitar todos nuestros pecados. El Hijo de Dios se hizo cargo de nuestros pecados al ser bautizado.

El bautismo de Jesús tiene el significado de “ser lavado.” Debido a que todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús cuando fue bautizado, fuimos completamente lavados de nuestros pecados y eso nos liberó de todos nuestros pecados.

Bautismo también significa ‘ser sumergido, ser enterrado’. Porque todos nuestros pecados fueron pasados a Jesús, Él murió por nosotros pecadores. Y aquellos que creen que todo pecado fue pasado a Jesús a través de Su bautismo se vuelven limpios para siempre. 

La verdadera fe es creer en nuestros corazones que todos nuestros pecados, e incluso los pecados que cometemos ahora, pasaron a Jesús hace unos 2000 años cuando Él quitó todos nuestros pecados y ‘porque así’ cumplió la justicia de Dios.

Si Él no hubiera lavado nuestros pecados hace tantos años con Su bautismo, ahora no habría manera de que nosotros laváramos nuestros propios pecados. Recuerde que todos nuestros pecados fueron lavados por Jesús hace mucho tiempo.

La verdadera fe y la salvación espiritual hoy significan llevar nuestros pecados ante Jesús para asegurarnos de que han sido lavados, diciendo, ‘Señor, Tú también has lavado este pecado, ¿verdad?’, y creer en Él y darle gracias. Por eso vino, se bautizó, murió en la Cruz y resucitó a los 3 días, convirtiéndose así en nuestro Salvador.

Bienaventurados los que lavan sus pecados y creen en el bautismo de Jesús, que lavó todos nuestros pecados. Esta es la verdad de ser lavado de los pecados diarios. La verdadera fe es creer en Jesús que quitó todos los pecados del mundo a través de Su bautismo.